miércoles, 27 de agosto de 2014

¡Castigado!

Que levante la mano aquel que jamás ha sido castigado de pequeño por un mal comportamiento. ¿Ha levantado alguien la mano? No, ¿verdad? Algo lógico. Que levante la mano ahora quien haya sido premiado por algo que ha hecho correctamente. ¿Alguien? Supongo que sí, pero seguro que no tantos como en el caso anterior.

Algunos de vosotros ya sabéis el tema que vamos a tratar hoy aquí, pero para los que aún no están al tanto, hoy hablaremos del conductismo.

El conductismo es una corriente psicológica que trata de convencernos – acertadamente, todo hay que decirlo – de que el comportamiento puede ser modificado dependiendo de según qué medidas tomemos sobre el individuo a "estudio". El ejemplo más claro es el de la ratita de laboratorio que todos conocemos: hay un quesito esperando al roedor en lo alto de un estante, pero para llegar a él puede o activar un palanca que no lo dejará caer, pero sí le dará una descarga, o puede activar la otra palanca que sí lo hará caer sin descarga. La rata, tras varios calambrazos, aprende la lección y sabe a qué palanca darle y a cuál no.

Vemos, pues, que aplicando el castigo del calambrazo cuando está equivocada, y el refuerzo positivo – que consiste en dar una especie de premio cuando algo se hace bien – hace mella en el animal y este modifica su comportamiento al respecto.

Nosotros no somos menos. Hemos sido expuestos a este tipo de técnicas a lo largo de nuestra infancia, y no solo en nuestra infancia, más bien a lo largo de nuestra vida. Pero, ¿está el refuerzo positivo infravalorado o es utilizado con menor frecuencia de la que debería? Sabemos que el castigo está a la orden del día y que no nos parece algo extraño. ¿Castigamos en exceso? Sí. ¿Reforzamos de manera positiva no muy a menudo? También.

El castigo es algo que funciona, o al menos eso tenemos en mente en nuestra sociedad, pero no es la mejor manera de "cambiar un comportamiento". Recuerdo una visita de un adiestrador de perros cuando estaba en el instituto y, demostraciones a parte, jamás olvidaré lo que nos dijo: "a los perros no se les aplica el castigo, solo el refuerzo positivo". Nunca verás a unos perros mejor educados y más sabios que aquellos, que no habían sido sometidos a duros castigos, ni siquiera a castigos débiles, sino que habían sido premiados cuando habían hecho algo bien. ¿Quiere decir esto algo? Quizá.

Sinceramente, el castigo no trae nada bueno. Puede que sea necesario castigar algunas veces cuando el comportamiento no es el correcto, pero no exceso, como parece que tenemos claro en esta sociedad. ¿No os habéis parado a pensar que el castigo excesivo no es fructífero? ¿No os percatáis de que lo único que se consigue con ese tipo de castigos tan severos es que el damnificado se rebele y que se niegue a hacer lo que pretende "el castigador" o que lo haga con la mayor desgana posible y sin ilusión? Un escarmiento de vez en cuando puede ser necesario, pero solo un escarmiento.

Si fuésemos de verdad conscientes de la realidad de las cosas no serían tan absurdas nuestras maneras de actuar, pero claro, ocurre lo que siempre: somos tan afines al inmovilismo que nos negamos a cambiar.

El refuerzo positivo es el futuro. El refuerzo positivo es la única solución. El refuerzo positivo es lo primordial. Por desgracia, y como ocurre con todo lo positivo, bueno y esencial, el refuerzo positivo no es más que una utopía. Viviremos eternamente encarcelados al castigo. ¡Joder, eso sí que es un buen escarmiento!

martes, 19 de agosto de 2014

Matemáticas contra el cáncer

Como lo oyen. Las "aburridas" y subestimadas matemáticas podrían ser una opción más que viable para acabar con el maldito cáncer. Ahora ya empiezan a despertar interés, ¿eh?

Para conocer cómo puede ayudar la ciencia suprema primero tenemos que entender una cosilla. Las células tumorales interaccionan entre sí – como cualquier grupo de células, vaya – y estas se ayudan unas a otras a sobrevivir, ¿cómo? Hay unas células que contienen mayor cantidad de oxígeno y otras que poseen menos. Las que tienen menos oxígeno obtienen la energía necesaria gracias a la glucosa y, tras un proceso de "digestión" de esta, desprenden lactato. Las que poseen más oxígeno emplean ese lactato desprendido por sus hermanas para obtener energía y con ello liberan glucosa, que es aprovechada por las otras. En fin, un círculo vicioso de ayuda no deseada.

Este ir y venir de productos químicos que las células tumorales se prestan unas a otras es lo que las hace tan fuertes y les permite reproducirse con una rapidez extrema. No es el único mecanismo por el cual tienen esa facilidad de reproducción, ya que también podemos tener en cuenta que los genes supresores de tumores – conocidos así porque reducen el riesgo de que se produzca una anomalía en nuestras células – pueden verse afectados y con ello aumentar dicha velocidad y aparición, cosa que, aunque no nos concierne mucho aquí, siempre viene bien saber para tener un poco más de culturilla general.

Tras varios estudios de las "colonias tumorales" se ha visto que en determinados momentos de la vida de estas células del demonio se producen cambios. ¿Qué tipo de cambios? El más significativo y relevante tratando este tema es el que determina que es hora de que las células cambien su metabolismo, es decir, dejen de producir la energía necesaria de la manera que antes lo hacían. Esto se debe a que las células crecen, no solo en tamaño, sino también en número y en ciertas ocasiones ocurre que pasan de ser compañeras a ser enemigas y competir entre ellas.

Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con las matemáticas? Ardeshir Kianercy y Kenneth J. Pienta, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, fueron quienes abrieron una investigación prometedora y del todo curiosa.

Resulta que existe en matemáticas una "Teoría de juegos", la cual estudia las diferentes interacciones que pueden existir entre entes y toma de estas una determinada decisión – lo que viene siendo observar, vamos – que después se lleva a cabo. Pues esta parte de las matemáticas se está aplicando muy continuadamente ahora en el mundo de la biología.

Se utiliza esta teoría para observar cuándo y cómo se producen esos cambios que antes hemos mencionado en las interacciones entre células tumorales. ¿Y para qué diantres sirve esto? Las células cancerosas son mucho más vulnerables a los ataques por parte de los medicamentos anticáncer en esos momentos, por lo que conocer cuándo se producen podría ser crucial para la lucha contra el cáncer, pues podríamos frenar de golpe el desarrollo masivo de las células ya afectadas y, con ello, evitar una posible metástasis.

Quién nos iba a decir que esas malditas y no muy añoradas matemáticas - causantes de tantas noches de insomnio, dolores de cabeza y que han provocado que a "Dios" le piten los oídos de tantas veces que nos habremos acordado de él estudiándolas - iban a ser una de las soluciones para combatir una de las enfermedades más odiadas a día de hoy. Pequeños caprichos que se toma la vida.  

miércoles, 13 de agosto de 2014

La lacra del siglo XXI

Crece cada día el número de adeptos a esa pseudociencia – aunque incluso me avergüence llamarla así – conocida como homeopatía. Dicen los "expertos homeópatas" que todos los que estamos en contra de esa medicina alternativa es porque no tenemos ni idea de la realidad de esta. Pues me van a disculpar ustedes, expertos de pacotilla, pero los que no tienen ni idea son ustedes.

La homeopatía es una "medicina" que consiste básicamente en agua con azúcar, sin embargo es capaz de remediar distintos males, ¿cómo? Bueno, digamos que juega con ventaja: los que la consumen ignoran qué es en realidad la homeopatía y cómo funciona.

El cómo funciona es muy simple: se coge una pequeña parte del agente infeccioso que se intenta curar y se introduce en noventa y nueve partes de agua y a continuación se agita. Tras esto, se coge una pequeña parte de ese nuevo contenido y se vuelve a introducir en noventa y nueve partes de agua; y así, continuamente hasta llegar a un contenido que nada tiene que ver con el inicial. Tras decenas y decenas de sacudidas e intercambios de frascos, el producto final no contiene nada del agente patógeno que se introducía al principio - creo que el señor Avogadro aquí tiene mucho que decir -. Lo único que tiene es agua, a la cual se le añaden diversos azúcares que desconozco. 

¿Cómo puede entonces defenderse la homeopatía si los propios creadores de esta dicen que el contenido es agua y que no hay rastro del agente infeccioso? Con el absurdo argumento de la "memoria del agua". Defienden que el agua, aunque ya no tenga presente dicho patógeno, recuerda que ha estado en contacto con él y que, por lo tanto, aunque ya no esté físicamente presente en esta, es capaz de seguir proporcionando el principio activo necesario gracias a esa memoria. Falso.

En ningún momento la homeopatía ha sido capaz de demostrar sus efectos, en ninguno. ¿Cómo puede entonces crecer el número de consumidores? Me repito con esto: por la ignorancia. Si además sumamos que nuestro meritísimo Ministerio de Sanidad la puso a la altura de otras medicinas convencionales, pues queda más bonito y creíble, ¿no? ¿Por qué lo hicieron? Porque la cantidad de dinero que mueve es brutal. Siempre se reduce a lo mismo.

Lo cierto es que en algunos casos, como en resfriados o cefaleas, sí se ha visto que hay una mejoría tras la ingesta de ciertos medicamentos homeopáticos, ¿cómo puede ser esto posible? El efecto placebo es la respuesta. Si el cerebro cree que estamos tomando algo que realmente nos va a ayudar, es capaz de engañarse a sí mismo y creerlo de verdad, consiguiendo así lo que deseamos: la cura.

Uno de los argumentos que los homeópatas utilizan con asiduidad es el de los animales. ¿Cómo pueden los animales sanar con medicamentos homeopáticos si ellos no son conscientes de que es homeopatía? Inútiles... Pongamos por ejemplo un perro que es llevado a un veterinario convencional, el de verdad, cada vez que tiene algún malestar. Este le administraría lo que fuese necesario y con ello el perro se recuperaría, ¿no? El perro entonces relacionaría la visita a ese veterinario con su sanación. Si lo llevamos a un veterinario homeópata ocurrirá lo mismo. El sabueso no es capaz de distinguir si es homeópata o no, lo único que sabe es que tras su visita a aquel lugar se recuperará. El efecto placebo también funciona en animales. ¿Recordamos a Pávlov? ¿Estímulo – respuesta? Un poco de cultura no les vendría mal a estos engañabobos.

No queremos falacias absurdas que intenten justificar un pseudomedicamento; no queremos una nueva legión de gente que ignora la realidad de la homeopatía, pero que se deja la vida defendiéndola cual cristiano su falsa religión; no queremos esas tonterías, queremos la verdad, queremos ciencia. Nunca olvidaré una entrevista que vi en televisión hace ya un tiempo en la que un activista contrario a la homeopatía se tomó en vivo y en directo cuarenta somníferos homeopáticos. ¿Qué le ocurrió? Absolutamente nada. Bueno sí, la boca se le quedó con un sabor dulce.

Ahora, si me disculpan, voy a tomarme un frasquito de agua con azúcar que vale cerca de quince euros porque me está empezando a doler la cabeza. Dios bendiga la homeopatía.

miércoles, 30 de julio de 2014

¿Otro fin del mundo?

Un objeto que mide aproximadamente 10.000 años luz de largo se dirige a nuestra galaxia a la increíble velocidad de 300 km/s y no, no es nuestra vecina Andrómeda, la cual ya sabemos que colisionará con nosotros dentro de unos cuantos millones de años.

Tenemos otro "kamikaze" dirigiéndose hacia nosotros sin ningún tipo de miramiento, pero tranquilos, hay dos razones que nos salvan de los nervios: la primera es que el "impacto" se producirá dentro de unos 30 millones de años; la segunda es que no colisionará con nosotros, simplemente nos atravesará cual fantasma a una pared.

El objeto del que estamos hablando es una nube de hidrógeno, conocida con el nombre de "Nube de Smith" y que, como ya he dicho anteriormente, se dirige hacia nosotros. Esta nube no es una nube normal, puesto que si no fuese especial no estaría donde está, ya que hemos sido atravesados con anterioridad por dicha nube hace unos millones de años. Lo normal tras esa "colisión" es que se hubiera desintegrado, pero no, ahí sigue. ¿Cuál es la explicación? Muchos científicos atribuyen esta naturaleza indestructible a una coraza presente en la nube: la materia oscura.

La materia oscura, para los no enterados, es un tipo de materia que difiere de la ordinaria, que no podemos ver y que interacciona con la materia que sí vemos, además de constituir el 23 % del Universo conocido. Bien, pues la coraza de materia oscura que rodea la Nube de Smith es la hipótesis que sostiene el hecho de que la nube haya sobrevivido a una primera "colisión" y siga manteniéndose compacta.

Esta nube nos tiene de nuevo en su punto de mira y debemos estar agradecidos. Sabiendo que se dirige hacia nosotros podemos aprovechar y estudiarla, y esto es, de hecho, lo que los astrónomos van a hacer. Es una gran oportunidad para intentar seguir estudiando los comportamientos de la materia oscura – ya mencionada anteriormente – y así comprender un poco más sobre ella.

No solo es el estudio de la materia oscura el que nos interesa, también el estudio del inicio de las galaxias. ¿Cómo? Se dice que la Nube de Smith es similar a otros cúmulos de hidrógeno que hay presentes cerca de nuestra galaxia, y estos se formaron al mismo tiempo, o después de la Vía Láctea. Pueden ser entonces galaxias que no llegaron a desarrollarse por culpa de falta de material o por culpa de contener un hidrógeno no viable para la formación de galaxias, o pueden ser restos de las galaxias que sí llegaron a formarse.

La Nube de Smith puede ser uno de los dos tipos, pero es especial, puesto que, como ya hemos dicho antes, posee esa coraza de materia oscura que la protege. Es por esto que es perfecta para el estudio de ambos conceptos.

Esta "pequeña" nube, la que viene de cara a nosotros, la que no tiene miramiento, la que intenta asesinar – sin éxito alguno – a una hermana suya que sí consiguió desarrollarse, es la que nos dará, quizá, la clave para los próximos éxitos de la ciencia de lo desconocido.  

domingo, 19 de enero de 2014

"Tocar" es un verbo falso

Ahora mismo podría preguntarte: “¿qué estás tocando con tus manos?” La respuesta más común seguramente sería que estás tocando el ratón del ordenador o cualquier otra cosa, pero lo cierto es que no estás tocando nada, nada está en contacto con nada.

Me podréis tildar de loco o de mentiroso, pero la física así lo explica. Quizá os haya cambiado la vida, quizá ya lo sabías, pero nunca está de más recordarlo para ver la belleza que conforma nuestro mundo y cuán lleno de misticismo se encuentra.

Todos sabemos que el mundo está hecho por materia, y a poco que sepamos de ciencia, sabremos que esa materia está conformada por átomos – aquellas partículas que antaño se creían indivisibles pero que hoy en día sabemos que no es así. Dichos átomos están formados en su núcleo por protones y neutrones, con carga positiva y neutra respectivamente. Pero lo que realmente nos interesa hoy son aquellas pequeñas y diminutas “bolitas”, cargadas negativamente, y que están dando vueltas al núcleo: los electrones.

 Los electrones se encuentran en la parte superficial del átomo y, por lo tanto, también lo están en la parte más exterior de todo lo que nos rodea. Y es aquí cuando viene lo curioso. De todos es sabido que dos cargas que sean iguales se repelen – véase los imanes – por lo tanto, si mi dedo envuelto de electrones entra “en contacto” con una mesa envuelta de electrones, ¿no deberían repelerse? Efectivamente. De hecho, eso es exactamente lo que ocurre. Entonces, ¿por qué sentimos al tocar? Sencillo.

Al intentar juntar dos cargas negativas – mi dedo y la mesa – se crea una fuerza eléctrica conocida como repulsión. Dicha repulsión crea una presión sobre las superficies, la cual es recogida por los nervios que tenemos en nuestro cuerpo, en este caso en los dedos, y esa información es enviada al cerebro en forma de impulso nervioso. Por último, nuestro gran operador central, el cerebro, se encarga de transformar esa información y hacernos creer que “estamos tocando la mesa”, cuando en realidad ningún átomo de nuestro cuerpo ha entrado en contacto con ningún átomo de la mesa.

Sé que a partir de ahora veréis el mundo con otros ojos. Quizá no, quizá no os importe en absoluto, pero lo cierto es que es uno de los conocimientos más curiosos que he adquirido a lo largo de los últimos años.

Con esto y con todas las últimas noticias sobre física nos percatamos de que todo lo que de pequeños creíamos, no es más que una burda mentira. ¿Nos despertaremos algún día de ella? Sinceramente, espero que no. Me encanta vivir en un mundo lleno de escepticismo.







sábado, 11 de enero de 2014

¿Más rápido que la luz?

¿Os imagináis poder hablar con una persona que se encuentra en otra galaxia - en el hipotético caso de que pudiéramos llegar allí - al instante, sin tener que esperar años y años hasta que el mensaje llegue a sus oídos y esperar más años todavía hasta que recibamos la contestación?

La física cuántica, más conocida como mecánica cuántica, es un mundo de lo más extraño, un mundo donde todo lo racional desaparece, donde toda lógica queda apartada por el más absoluto de los desconciertos, por el peso aplastante de lo irracional.

Podría emplear cientos de miles de líneas para hablar de esta parte de la física que aún está en pañales, pero solo me centraré en una de los aspectos más extravagantes de esta.

Una de las cosas más fantásticas de esta teoría es el conocido “entrelazamiento cuántico”. Dicho entrelazamiento nos explica que las partículas nacen en parejas de dos y que son exactamente iguales. Cojamos una de estas partículas y coloquémosla – simplemente por poner un ejemplo – en un extremo de nuestra galaxia, y cojamos la otra y situémosla en el extremo opuesto, quedando así separadas por millones de años luz de distancia. Es ahora cuando viene lo increíble.

Imaginemos que ambas partículas son de color rojo y que en un momento dado le cambiamos el color a una de ellas y la hacemos azul, bien, pues inmediatamente la otra partícula, su “hermana”, cambiará de color tal y como lo ha hecho su alter ego. ¿Cómo puede ser que cambie inmediatamente para adecuarse a la nueva situación? ¿Cómo ha podido viajar esa información de un extremo a otro de la galaxia instantáneamente? Nada puede viajar más rápido que la luz, entonces, ¿cómo y por qué ocurre esto?

Este es solo uno de los misterios que guarda en sus entrañas la mecánica cuántica, uno de tantos, pero que, como todos los demás, aún está sin resolver. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la pregunta que nos planteábamos al principio de este artículo? ¿Qué tendrá que ver el entrelazamiento cuántico con las comunicaciones?

Hoy en día las comunicaciones en el espacio se ven limitadas a velocidades que como máximo pueden llegar al 99,99 % de la velocidad de la luz, pero jamás superándola. Con este entrelazamiento podríamos comunicarnos con instantaneidad y sin romper esta regla absoluta de la física. Podemos hacer que la información que emitimos desde un punto llegue a otro inmediatamente, sin importar lo más mínimo la distancia a la que se encuentren dichos puntos.

Estamos ante una rama de la ciencia que, como he dicho anteriormente, todavía está en pañales, pero que está creciendo a una velocidad endiablada y que en un futuro, si todo sigue igual, nos permitirá soñar con un mundo de lo más irracional. ¡Qué bonito!


lunes, 1 de julio de 2013

La cara oculta de Marte


Gran Hermano. Ese programa en el que podemos ver a sus concursantes las 24 horas del día. ¿Pensabais que no ibais a oír hablar de este programa en este blog? Os equivocabais. Pero tranquilos, no vamos a tratar el Gran Hermano que todos conocemos, vamos a hablar sobre el Gran Hermano marciano.

Gran Hermano marciano es una forma de llamar a la nueva y emprendedora misión que el ser humano está a punto de abarcar. Está misión es la conocida como Mars One, y, como os podéis imaginar por el nombre, es el viaje interplanetario a Marte.

Esta impresionante misión dará comienzo en el 2016, cuando se ponga en la órbita marciana un nuevo satélite de comunicación, que rastreará y estudiará el terreno y la superficie de Marte desde el espacio. Dos años más tarde, ya en el 2018, será puesto sobre su superficie un Rover que, con los estudios del satélite previamente hechos, buscará la mejor zona para el asentamiento humano. En el 2020, el Rover empezará a montar lo que serán las bases en las que vivirán los viajeros. Más tarde, a finales ya del 2022, serán enviados los cuatro primeros elegidos para este proyecto, que llegarán al planeta rojo en el 2023, tras unos cuatro largos meses de viaje.

Cuando los humanos estén ya asentados en el planeta, será cuando realmente empiece la misión y, a su vez, cuando empiece el Gran Hermano marciano. Mars One tiene pensado grabar todos los movimientos de los astronautas, desde que se levantan, hasta que se acuestan, desde que empiezan a trabajar, hasta que terminan, en definitiva, todo.

Esta idea no ha sido pensada solo para nuestro disfrute desde la Tierra, hay un trasfondo en el asunto. Como todo el mundo se imagina, esta misión conlleva unos importantes gastos, seguramente estemos hablando de miles de millones de dólares y, el hecho de tener un canal de televisión, les proporciona capital suficiente para poder realizar la misión. Además de esto, en la web www.mars-one.com podemos encontrar una gran variedad de productos que comprar y, así, contribuir a que la misión se lleve a cabo.

Pero, ¿sabéis que es lo más impresionante de todo? ¡Que cualquiera de nosotros puede convertirse en uno de los cuatro astronautas que viajen a Marte! Sí, así es. En la misma página web puedes presentarte como candidato para ser el próximo elegido tras, evidentemente, pasar una serie de pruebas tanto físicas como psicológicas.

El hecho de que cualquiera pueda viajar a Marte es simple, la misión tiene sus riesgos y, aunque es cierto que todas conllevan riesgos, en ellas se pueda casi asegurar el regreso a casa, cosa que, en principio, no se puede hacer en esta. Este hecho es debido, principalmente, a que el mayor gasto económico es el regreso a casa, pero, además, se suman los tantos y tan variados riesgos que existen, como la gran cantidad de dióxido de carbono presente en la pobre y tenue atmósfera del planeta rojo, y la gran cantidad de radiación que en este penetra.

A pesar de todos estos riesgos, esta misión no deja de ser la más emprendedora del hombre desde aquel 1969 en el que, por primera pero no por última vez, pisamos la luna. Aún así, este viaje es todavía más emprendedor si cabe, ya que no estamos hablando de ir a nuestro satélite, estamos hablando de visitar otro planeta diferente al nuestro, un logro que, incluso hoy en día, nos sigue pareciendo, si no imposible, muy arriesgado.

Está claro que los objetivos principales de esta misión son el estudio de la superficie de Marte, averiguar si ha habido vida e incluso, por qué no, estudiar cómo poder adaptar el planeta rojo al ser humano para poder habitarlo en un futuro no tan lejano. Pero hay algo que está todavía más claro, y es el hecho de que los afortunados van a tener la oportunidad de pisar otro planeta que no es el nuestro y que, esos niños, que se encuentran en su interior y que de pequeños soñaban con ser astronautas, se lo van a pasar en grande.